SOMBRA SONORA

PLAY

Desempolvar mi violín, buscar partituras...la última que estaba por poner. Me emocionaba ese concierto pero nunca lo toqué, fue ahí que dejé de estudiar música. Mis dedos aun saben donde colocarse, previo a esta grabación, afiné mi violín lo mejor que pude y solo confié en tocar, sin batallar tanto porque seguro no estaría del todo afinado. Y no lo estuvo, por ahí sonidos erróneos, lo normal, es normal equivocarse. Sin embargo mientras estudiaba nunca lo sentí así, sufría por no alcanzar aquello que mi maestro esperaba. Tanto dolor que se reflejó en tendinitis y años después...en mi violín abandonado.

Vuelvo a tocar y no suena tan mal, lo disfruto pero al mismo tiempo recuerdo todo aquello con lo que batallé durante un buen tiempo y que me acompaña, horas de estudio, frustaciones ganadas. Es mi sombra, la reconozco, la abrazo lo mejor que puedo porque siempre estará ahí.

Nina, mi gatita, empezó a morder las partituras y fui feliz, ya está, ya fue.